Los nombres científicos de los grupos taxonómicos son
tratados como latín o su derivación (principio V).
El nombre genérico es un sustantivo en singular o una
palabra tratada como él (nombre uninominal). Puede ser el nombre de una
persona latinizado en conmemoración. La latinización de los nombres no
clásicos de personas se realiza siguiendo las siguientes reglas:
terminación vocal: se añade -a. Por ejemplo: Boutelou (Bouteloua),
excepto cuando acaba en a, que se añade -ea, Colla (Collaea).
terminación consonante: se añade -ia. Por ejemplo: Klein
(Kleinia), Knaut (Knautia), Koelpin (Kolepinia),
Laurent (Laurentia), Lagous (Lagousia), Lobel (Lobelia),
Rothmaler (Rothmaleria), Wahlenberg (Wahlenbergia).
El epiteto específico puede ser:
un adjetivo, el caso más general, e.g., Quercus
rotundifolia, hojas redondeadas.
un sustantivo en aposición (o yuxtaposición) con el
género, v.g., Pyrus malus L., malus = manzana el latín.
un nombre en conmemoración a una persona, e.g.,
Centaurea boissieri DC., Boissier.
Si el epíteto implica varias palabras, éstas se combinan en
una sola o se ligan por guiones, por ejemplo Scandix pecten-veneris,
Veronica anagallis-aquatica.
El epíteto específico no se puede usar de forma aislada,
sino en combinación con el nombre genérico. Un mismo epíteto puede ir junto a
diferentes nombres genéricos, e.g., Anthemis arvensis, Anagallis
arvensis. Cada epíteto debe estar en el mismo género gramatical (singular,
plural, neutro) que el nombre genérico. Las terminaciones más frecuentes son:
m alb-us nig-er brev-is ac-er
f alb-a nig-ra brev-is ac-ris
n alb-um nig-rum brev-e ac-re
Por ejemplo: Lathyrus hirsutus, Lactuca hirsuta, Vaccinium hirsutum.
Existen otras terminaciones que sirven para cualquier
nombre genérico: eleg-ans, rep-ens, bicol-or, simple-x. Por ejemplo:
Ranunculus repens, Ludwigia repens, Trifolium repens. En los
epítetos por aposición el género gramatical del epíteto no tiene por que
coincidir con el del nombre genérico.
2. terminación en vocal -a, se añade -e, e.g.,
balansae (Mr. Balansa), lagascae (Lagasca).
3. terminación en consonante diferente de -er, se añade
-ii, e.g., tuttinii (Tuttin). Si es una mujer se añade -iae.
4. terminación en -er, se añade -i, e.g., boissieri
(Boissier)
5. si el nombre se usa como un adjetivo la terminación
ha de coincidir con el género, e.g., Rubus cardianus (F. Wallace
Card), Chenopodium boscianum (Augustin Bosc).
Epítetos descriptivos:
1. relacionados con el color: albus, aureus, luteus,
niger, virens (verde), viridis (verde).
2. relacionados con la orientación: australis,
borealis, meridionalis, orientalis.
3. relacionados con la geografía: africanus, alpinus,
alpestris (Alpes), hispanicus, ibericus, cordubensis.
4. relacionados con el hábito: arborescens,
caespitosus, procumbens.
5. relacionados con el hábitat: arvensis, campestris,
lacustris.
6. relacionados con las estaciones: automnalis,
vernalis.
7. relacionados con el tamaño: exiguus, minor, major,
robustus.
Consisten en un sólo término y son por tanto
uninominales, uninomiales o unitarios. Son sustantivos plurales (o adjetivos
usados como sustantivos) que se escriben con mayúscula. El código establece
unas terminaciones normalizadas para estos nombres.
Todas las letras en latín han de ir en itálica (cursiva),
subrayadas o en negrita.
La primera letra del género o categoría superior ha de ir
en mayúscula.
El resto del nombre va en minúscula (excepto en algunos
casos en que se conserva en mayúscula la primera letra del epíteto
específico, aunque se tiende a escribir siempre en minúsculas el epíteto
específico).
Los nombres de híbridos van precedidos del signo x.
Por ejemplo: x Rhaphanobrassica, Mentha x piperita.
Método continental: desarrollado en la Edad Media usado
por la Iglesia Católica Romana:
Los diptongos ae y oe se leen e,
por ejemplo: laevis, rhoeas.
La combinación ch se lee k, por ejemplo:
Chenopodium.
La combinación ph se lee f, por ejemplo,
Phleum phleoides.
Acentuación: no hay palabras agudas, la última
sílaba nunca se acentúa. Las palabras de dos sílabas son llanas. Las
palabras de tres sílabas pueden ser llanas si la penúltima sílaba es larga
(si termina en vocal larga, diptongo o consonante) o esdrújulas si la
penúltima sílaba es corta.