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En el extremo norte del Jardín, sobre una superficie de unos
5.000 m2, se extiende una zona arbolada conocida con el nombre
de "el bosque". Separa el jardín de las casas colindantes y,
durante años, se han plantando allí árboles de gran tamaño, los
más característicos de algunos bosques de la Tierra. Con el paso
del tiempo se ha desarrollado una gran arboleda densa, umbría y
fresca.
La mayoría de los árboles son caducifolios, como el gran roble
americano (Quercus macrocarpa, el pecanero (Carya
illinoinensis), también norteamericano, el sudamericano
árbol de la buena sombra (Phytolacca dioica), o la morera del
papel (Broussonetia papyrifera) originaria de Asia y la
Polinesia. Con ellos conviven es este bosque irreal árboles de
hoja persistente entre los que destaca el tejo (Taxus baccata),
árbol sagrado de las antiguas culturas europeas, o la fotinia (Photinia
serrulata) venida de las lejanas tierra de China, con su
espectacular brotación de hojas de color púrpura que luego se
transforma en verde brillante. Tapizando el suelo se encuentran
diversas especies que toleran bien la sombra o que se
desarrollan en las escasas zonas donde llega el Sol.
Haciendo un recorrido de oeste a este, por el camino sinuoso que
atraviesa todo el bosque, se pueden observar los grandes
árboles, las plantas tapizantes y su aspecto cambiante con las
estaciones.
En el extremo oeste hay un gran arce de Montpellier (Acer
monspessulanum), a la sombra del enorme roble americano, y
tapizando el suelo un macizo de granados enanos (Punica
granatum var. nana). Todos ellos son caducifolios y
su aspecto está muy marcado por la estacionalidad. En la parte
más soleada hay un macizo de azucenas africanas (Agapanthus
africanus). Siguiendo hacia el este se atraviesa una zona de
caña india (Phyllostachys aurea), de la que sobresalen
algunas palmeras datileras (Phoenix dactylifera), y entre
la caña india hay macizos de cintas (Chlorophytum comosum)
y aspidistras (Aspidistra elatior). El camino pasa junto
al pie de unos magníficos ejemplares de pino piñonero (Pinus
pinea), a la sombra de los cuales se encuentra el busto de
Simón de Rojas Clemente que da paso a una explanada con fuente
de agua potable rodeada de grandes aligustres (Ligustrum
lucidum), una higuera (Ficus carica) y las moreras
del papel. La sombra de la gran fotinia y las carrascas (Quercus
rotundifolia), el árbol de la buena sombra y los laureles (Laurus
nobilis), marcan el recorrido y en él se destacan las
livistonas (Livistona chinensis). El suelo está tapizado
de helechos (Nephrolepis bostoniensis) y ruscos (Ruscus
aculeatus). El bosque acaba en el muro oriental en una zona
abierta, después de pasar bajo el gran tejo, el pecanero y el
diversas especies de Quercus.
Tomado de la
página web del Jardín Botánico
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