Las glaciaciones del Cuaternario provocaron la extinción de gran
parte de la flora extratropical. Las zonas templadas quedaron
libres de fríos intensos, por lo que su flora sobrevivió, pero
además se enriqueció con la desplazada por el avance de los
hielos. Los territorios de clima mediterráneo, junto con los
tropicales, son los que actualmente poseen la flora más original
y diversa.
La historia geológica del Mediterráneo, los periodos de
desecación e inundación, el avance de los hielos o la
suavización de su clima, la formación de las montañas y la
separación de las islas, han provocado unos procesos de
fragmentación del territorio que han afectado a las plantas que
vivían en él. Cuando las poblaciones de una especie quedan
separadas y aisladas, evolucionan de forma independiente y
pueden dar origen, con el tiempo, a especies distintas que
lógicamente tienen estrechos lazos de parentesco. Este fenómeno
es conocido como vicarianza y en el Mediterráneo es muy
frecuente.
Por otro lado, la región mediterránea está bajo la influencia de
un clima común, caracterizado por las temperaturas suaves en
invierno y la aridez acusada en verano, que ha forzado al
hombre, asentado en su cuenca, a desarrollar unas formas comunes
de aprovechamiento del agua y del suelo, y a basar su
agricultura en cultivos semejantes.
Con la rocalla de endemismos el Jardín Botánico encontró la
forma de transmitir al visitante esa doble faceta del
Mediterráneo: diversificadora, para las plantas, y unificadora,
para los usos agrícolas. Fue proyectada en 1996 y al año
siguiente encontró el apoyo de la Conselleria de Medio Ambiente
que la incluyó entre las actividades a desarrollar dentro del
proyecto Life de Microrreservas. El elemento central de la
colección lo constituye una balsa de agua de la que surgen dos
acequias que recorren toda la rocalla y le dan unidad. Las
acequias recuerdan el uso cuidadoso que siempre se ha hecho del
agua en la región mediterránea y atraviesan los ambientes de
montaña reproducidos con rocas calizas de distinta naturaleza y
rodenos. En estos roquedos se han agrupado los endemismos del
Mediterráneo occidental por sus relaciones de parentesco. Junto
a Silene hifacensis, exclusiva del norte de Alicante y de la
isla de Ibiza, se puede ver a Silene mollissima, propia de
Mallorca y Menorca. Hippocrepis valentina, exclusiva del norte
de Alicante, convive con Hippocrepis grossi, endémica de Ibiza,
y con Hippocrepis balearica, de Mallorca y Menorca. Las tres
especies de medicagos arbóreos también pueden compararse porque,
en un rincón de la rocalla, crecen Medicago citrina, exclusivo
de Columbretes, Cabrera y algunos islotes próximos a Ibiza,
Medicago arborea, del Mediterráneo oriental, y Medicago
strasseri, de Creta. También hay ejemplos de especiación en los
que no ha intervenido la formación de islas, sino simplemente la
aparición de barreras físicas (montañas, valles) que han aislado
a la poblaciones. Es el caso de Antirrhinum valentinum, endémico
del sur de Valencia, que se puede comparar con Antirrhinum
pertegasii, del norte de Castellón, Antirrhinum charidemi, del
Cabo de Gata (Almería), o Antirrhinum sempervirens, de los
Pirineos Centrales. Y los ejemplos siguen con otros géneros muy
diversificados en el Mediterráneo como Sideritis, Biscutella,
Centaurea, Dianthus o Helianthemum.
Hay también plantas de Cerdeña (Satureja thymbra, Ferula
arrigonii), Sicilia (Sarcopoterium spinosum, Centaurea aeolica),
Córcega (Helleborus corsicus), o el norte de África (Fumana
fontanesii, Anarrhinum fruticosum).
La acequia se adentra por una zona especialmente umbrosa, donde
sólo han tenido cabida los helechos autóctonos valencianos y
otros emparentados con ellos: Polypodium cambricum, Phyllitis
scolopendrium, Thelypteris palustris, Dryopteris filix-mas,
Ceterach officinarum, Asplenium onopteris.
Las acequias confluyen y desaparecen en una zona que reproduce
el típico ambiente de montaña modificado por el hombre para
establecer sus cultivos. Aquí, conviviendo con los endemismos
del matorral (Salvia blancoana, Thymus longiflorus, Thymus
membranaceus, Thymus zygis), se encuentran los cultivos
típicamente mediterráneos como olivos (Olea europaea),
algarrobos (Ceratonia siliqua), vides (Vitis vinifera) o
alcaparras (Capparis spinosa).
|
|